Tengo la gran satisfacción de compartir con ustedes el anuario SUDAMERICANO 2021-2022, que viene cargado de muchas actividades que nos caracterizan como institución. Ha sido un año inolvidable pues las condiciones sanitarias permitieron el reencuentro de docentes, estudiantes y padres de familia en nuestras instalaciones para compartir experiencias pedagógicas, deportivas, culturales y fomentar la amistad en un ambiente positivo, saludable y con mucho optimismo.

La vida está hecha de pequeños momentos compartidos con grandes personas; reza una frase muy popular que la venimos practicando en nuestras aulas de clase día a día y así vemos a docentes comprometidos, empeñados en buscar actividades lúdicas que fomenten la comunicación y aprendizaje permitiendo a nuestros estudiantes opinar, experimentar, aprender haciendo y sobre todo disfrutar del momento.

El aula se convierte en un espacio de interacción para descubrir las potencialidades de los estudiantes, en medio de la estrategia guiada con alegría manifiesta Francisco Mora, médico neurólogo español; por ello la necesidad de hacer de este proceso una experiencia enriquecedora.

Valorar expresiones artísticas como las musicales, corporales, plásticas y lingüísticas, nos permiten descubrir niñas, niños y jóvenes con muchos talentos como la creatividad, autodisciplina, pensamiento crítico, autenticidad, empatía y sobre todo con actitud positiva, este es el compromiso de la Unidad Educativa, institución activa enfocada en la integridad del ser humano.

Un agradecimiento especial a las familias partícipes de todas las actividades desarrolladas, su colaboración ha sido latente durante todo el año escolar y su confianza nos motiva a continuar mejorando día tras día.

Es gratificante culminar este año lectivo, con la satisfacción del trabajo cumplido al saber que los objetivos planteados se han ido ejecutando gracias al trabajo en equipo y que nos deja los mejores e inolvidables recuerdos que se plasman en este anuario.

Con Gratitud,

Carlos Gabriel Pérez P.

DIRECTOR GENERAL

Un afectuoso saludo a mi querida comunidad del Sudamericano, aquí termina un año hermoso, ya que la presencialidad de las clases nos recordó lo maravilloso que es volvernos a abrazar, jugar, mirarnos y reír con la alegría que el contacto físico permite.  Fuimos la institución educativa pionera en regresar a las aulas después de una pandemia, dimos ese paso convencidos que nuestros estudiantes necesitaban conjugar su aprendizaje con la vivencia de los juegos con sus compañeros, del correr por los patios y espacios recreativos con libertad y el sentir el aire y el grito fuerte de amor y agradecimiento a la vida.  Un retorno progresivo que dio luz a otras instituciones educativas que temerosas se adherían a este gran reto, quizá uno de los más grandes que hemos enfrentado en muchos años, pero a la vez tan lleno de fortaleza porque dimos gracias a la vida por permitirnos estar allí, en ese primer día, ese primer contacto visual con lo que para muchos estudiantes significa un lugar seguro, un lugar donde se les espero con el mayor amor y cuidado.

Han pasado 10 meses y en cada uno hay una vivencia, una historia que contar, hay un niño que puso sus primeras huellas en un papel, que aprendió a escribir mamá o papá, hay una niña que aprendió a contar y leer hermosos cuentos y otros que imaginaron su propio cuento que lo plasmaron con colores, rayas sin sentido para algunos, pero con su propia interpretación que es lo que finalmente importa. Y estas vivencias de un inicio lleno de ilusiones y novedad, de un recorrer lleno de aprendizajes, de caídas y bajadas que en un instante mágico se terminó, quedan aquí, plasmadas en estas páginas, para que en un momento podamos volver a ellas y entender lo efímera, maravillosa y extraordinaria que es la vida con los compañeros de las aulas educativas. Aquí se inmortalizan las despedidas, en algunos casos temporales y en otros definitivos pues determinan un antes y un después en la vida, como son los terceros de bachillerato que nos dicen un adiós definitivo y se llevan las más grandes amistades, amores y alegrías que quizá la vida les ofrece. Felicidades mis queridos estudiantes que hoy nos dejan, con seguridad les espera una vida de muchos retos, que sabrán surfear con fuerza, con apoyo de su querido Suda y su familia que siempre estaremos para ustedes.

Y finalmente las vacaciones de los que se quedan llegaron y no es un descanso, es un cambio de actividad, ahora a disfrutar del tiempo en familia, quizá nuestros pequeños aprendiendo a colaborar, quizá como padres con la paciencia de escuchar 700 veces mamá, mamá mira esto, o también papá, papá apóyame a recoger mis juguetes o únicamente con la paz de desayunar juntos, sin la prisa de los tiempos de la escuela.

Honrar nuestro tiempo como padres, acompañando su crecimiento es un privilegio que no tiene todo el mundo, y sí, lo tenemos vayamos con todo, porque para estar con nuestros hijos no hace falta nada más que ese amor incondicional que hace que movamos el cielo y montañas para verlos crecer, hablar con ellos de la importancia de cerrar etapas con agradecimiento, para disfrutar de los nuevos inicios, sabiendo que la vida avanza inexorable y no nos espera, porque cada segundo se fue y nuestros hijos al mismo tiempo se acercan a su edad adulta y  sí,  no nos dimos cuenta habremos perdido.

Docentes, Padres de Familia, Colaboradores y mis queridos Estudiantes aquí tenemos un gran trabajo que empezó en septiembre, abracemos todo lo aprendido y enseñado, celebrar lo vivido y celebrar lo que está por venir.

¡Qué viva la vida! ¡Qué viva el Sudamericano!